VOX no nació en Villaverde

Ahora nos entra nos entra la prisa. Tarde y mal, como siempre. Varios tipos vociferantes consiguieron hacerse un hueco en el Parlamento andaluz y ahora llegan el buscar los porqués y el  cómo parar el alud cuando ya tenemos la nieve encima. Ya hemos podido ver varios artículos sobre cómo parar a VOX, qué políticas se deben desarrollar para evitar la atracción de la marea parda sobre un electorado más que vapuleado por años de ese paso atrás de décadas que nos han vendido como crisis económica, pero que no ha sido otra cosa que el latrocinio organizado de la cosa pública por parte de los de siempre.

                Y digo “los de siempre” por algo. Ayer mismo leí un artículo en el que el habitual señor de Madrid se devana aparente los sesos y nos dice lo que se ha de hacer para que las clases populares y los pobres analfabetos que pueblan calles y plazas no caigan en las fauces de Smith y compañía. Claro, los pobres son tontos y mucho más dados a creerse las fake news (las monsergas de toda la vida) y a votar a quien está propugnando la desaparición de cualquier servicio público que no sea la represión pura y dura en pro de la unidad de España, porque más que nada lo que les preocupa es la existencia y victorias de la Selección Española de fútbol, ésa que, en  una ironía del destino, es conocida como “La Roja”. Ya. No es el primer artículo que me encuentro en ese tono, ni será el último, por desgracia.

                La venda en los ojos del periodismo español es ya una mordaza de hormigón. Demasiado tiempo culpando a los mismos de las crisis, de los problemas de convivencia, del fracaso escolar, de los atascos en las urgencias hospitalarias, la lista es bien larga y conocida.    

                Pues no, señores, la marea parda que se cierne sobre el Estado Español en forma de señoritos que se creen con el derecho a abolir todo lo que no les gusta de los últimos 500 años no es cosa de pobres, no es cosa de analfabetos, no es cosa de curritos. Lean los artículos, los post de Facebook, vean la sonrisa plena de Sánchez Dragó, los peinados de los youtubers veinteañeros que proclaman su próxima victoria. VOX es un mejunje organizado por alguien que sabe lo que tiene en las manos. Se ha extendido en claustros y salas de banderas, sus candidatos son personas con buenas carreras y contactos, sus mayores fans son estudiantes de ADE y Derecho, sus fuentes de información para la fábrica de bulos son funcionarios del Estado, etc., etc…

                No, señores míos, VOX es cosa de pijos, como lo fue la Falange, como lo fue Fuerza Nueva y como fue la Alianza Popular de los Siete Magníficos. Dejad de echar la culpa a los de siempre, porque va a aparecer que estáis ocultando el verdadero color de la serpiente.